Desde que en 1991 se decidiera renovar el parque de ambulancias municipales y hasta la conversión del Samur en el servicio moderno y ágil de emergencias médicas extrahospitalarias que es hoy ha habido un largo camino que recorrer, y por eso profesionales médicos, voluntarios y pacientes atendidos han querido juntarse para soplar las velas de un servicio que ha salvado miles de vidas en la capital.
Y es que, según los datos del Ayuntamiento, de las 26 intervenciones diarias que el Samur realizaba en sus comienzos se ha pasado a las más de 400 actuales, el tiempo medio de respuesta se sitúa ya en los siete minutos con doce segundos, y los muertos por accidente de tráfico han descendido un 57 por ciento en sólo siete años.
Además, los 650 funcionarios que integran este servicio y los más de 2.100 voluntarios de Protección Civil atienden eventos con grandes concentraciones de personas, en una ciudad por cuyas 12.000 vías transitan diariamente seis millones de personas y que acoge anualmente unos 1.500 acontecimientos de todo tipo.
Samur-Protección Civil también se encarga de formar a los llamados 'primeros respondientes' (policías, bomberos y ciudadanos de a pie) para que sepan cómo actuar al encontrar a un herido o enfermo, y también acude en ayuda de quien los necesita en cualquier lugar del mundo.
Y a lo largo de estos años de trabajo, en el día a día de los pequeños accidentes o de las grandes catástrofes como el 11-M o el accidente de Spanair, los profesionales y voluntarios de Samur-Protección Civil se han ido ganando el cariño, la admiración y el respeto de los madrileños.
Homenaje a las víctimas
Por eso, en el acto de homenaje celebrado en el Palacio de Cibeles no han podido faltar los pacientes que gracias al Samur han seguido viviendo. Como Jesús Silva, un chico de 30 años que hace unos meses superó una muerte súbita cardiaca de 38 minutos gracias a la ayuda de un guardia civil de paisano, un guardia de seguridad de Cercanías y los profesionales del Samur.
Hoy ha conocido a los 'ángeles' que le salvaron la vida, y a quienes hasta ahora sólo había podido agradecer su intervención con una carta. Emocionado, ha afirmado que "el Samur es lo mejor que hay en Madrid".
Celeste Peñas también ha intervenido en el acto para agradecer a los profesionales del Samur que le ayudaran en el día más feliz de su vida, cuando dio a luz a su hijo Gonzalo, que nació en la ambulancia antes de poder llegar al hospital. Con el pequeño jugueteando entre sus pies, la mujer ha afirmado que es "parte del Samur" y el Samur es parte de su vida "para siempre".
Y así, cientos y cientos de vidas salvadas cada año gracias a una forma de actuar que comienza con la accesibilidad del servicio, con una atención telefónica que incluye indicaciones para que el avisante pueda comenzar la reanimación que sea necesaria; y con la inclusión del ciudadano como primer eslabón de la cadena.
Para esto, el Samur forma a ciudadanos en primeros auxilios y desarrolla campañas de sensibilización, un elemento que, sin embargo, para muchos aún hay que potenciar más. "Hablan mucho de Educación para la Ciudadanía, pero ¿qué pasa con Educación Vial o primeros auxilios? Hace falta más formación", ha reclamado Guillermo Mancho, uno de los profesionales del cuerpo.
Y es que en muchos casos la atención que se recibe de la persona que avisa a los servicios de emergencias puede marcar la diferencia entre seguir viviendo o no, como en el caso de Jesús, quien en una de las cinco paradas cardiorrespiratorias que ha sufrido fue atendido por una mujer que lo vio desplomarse de un banco en la estación de Príncipe Pío.
Coordinación
Pero las cosas no acaban cuando el Samur llega donde se le necesita. Además de eso, este servicio de emergencias, "el mejor de España y probablemente del mundo" según el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, también es punta de lanza en materia de recursos materiales y tecnológicos, y coordinación con los hospitales.
De hecho, según ha explicado el responsable de la UCI del Niño Jesús, "las urgencias y las Unidades de Cuidados Intensivos no podrían vivir sin el Samur", que ha conseguido que "muchos pacientes lleguen más vivos que muertos, y no más muertos que vivos como antes". "Cuando un paciente llega con el Samur estamos muy tranquilos", ha apostillado.
A esto hay que sumarle toda una serie de protocolos ideados por el Samur y coordinados con los servicios hospitalarios que han permitido salvar muchas vidas y que han sentado las bases en la atención a ese tipo de casos, como el Código Ictus, los protocolos de trasplantes o el Código 15 de atención temprana al hospital.
La preparación para catástrofes, con más de 25 simulacros al año, y la asistencia médica y psicológica tras desastres naturales en cualquier punto del globo son otras de las características fundamentales de un servicio cuya principal cualidad es la solidaridad y la atención desinteresada.
Prueba de ello son la multitud de premios y menciones que han recibido a lo largo de sus dos décadas de existencia, y que hacen del Samur un servicio del que los madrileños "hoy no podrían prescindir", según ha subrayado Gallardón. Así, 'gracias' ha sido la palabra más repetida en el acto de hoy.
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