25 de agosto de 2009

"Desesperación" Grecia asolada por los incendios

Atenas vive momentos de desesperación por los incendios que cercan la ciudad. Centenares de personas combaten metro a metro por monte, calles y casas este voraz incendio que ha obligado al desalojo de más de 20.000 personas y destruido hasta el momento 150 hogares.
Un olor a resina quemada flotaba anoche en las estribaciones del monte Penteles, sobre la localidad de Nea Makri, a unos 15 kilómetros al este de Atenas. Carreteras cortadas y retenes de bomberos, policías y voluntarios impedían el acceso de vehículos al monte, donde ardían decenas de fuegos de pequeña intensidad, pese al ligero y persistente viento que cambiaba con frecuencia de dirección.
Por ello, nadie se atrevía a cantar victoria ante el comportamiento caprichoso del frente que desde el pasado viernes por la noche asuela la región del Ática, aunque el fuego más virulento se encontraba a media noche en la localidad de Porto Germanos, cerca de Corinto, en el Peloponeso.
En Nea Makri se concentraban anoche dos centenares de personas dedicabas a las tareas de extinción. Stelios Ioanidis, responsable del retén de noche de bomberos, evaluaba así la situación: "El viento no es muy fuerte, sopla a unos 10 kilómetros por hora; y eso, unido a la humedad y a la bajada de las temperaturas durante la noche, nos permite tener los focos más o menos controlados. De momento".
Junto a Ioanidis, como refuerzo, se desplegaba un numeroso grupo de Boys Scouts llegados de Atenas y efectivos de Protección Civil de Chipre. Una decena de coches de bomberos, reforzados por camiones cisternas particulares, descargaba todo su caudal sobre una ladera junta a Mea Makri, donde no se apreciaba ningún signo de vida.
El viento dio ayer una pequeña tregua a los bomberos. Pero varias localidades del norte de Atenas y algunas islas del mar Egeo seguían en peligro. Tras una noche de domingo complicada, los equipos de extinción lograron por la mañana mantener "bajo cierto control" uno de los dos grandes frentes que cercaban Atenas, aunque varios retenes se mantenían en alerta para evitar rebrotes. Mientras tanto, un segundo foco situado a unos 15 kilómetros de Atenas seguía calcinando el bosque de forma virulenta. Unas 150 casas han sido destruidas hasta ahora por el fuego.
Los incendios han calcinado 17.000 hectáreas y más de 20.000 personas han sido desalojadas. "La situación continúa siendo difícil y hacemos todo lo que podemos", aseguró ayer el portavoz de los bomberos de Atenas, Gianis Kapakis. Las llamadas a la calma por parte de la Dirección General de Protección Civil, difundidas continuamente por televisión, radio y medios digitales, no contribuyeron a devolver la serenidad a los habitantes de la región del Ática, que veían como el frente de fuego que rodea el noreste de Atenas ganaba kilómetros.
El incendio más peligroso se situaba ayer en la zona cercana a la localidad de Porto Germanos, en la periferia conurbana de la capital griega. En este cinturón ático, donde a diario se producen kilómetros de retenciones de tráfico en las horas punta, abundan las localidades dormitorio como la citada de Porto Germanos, Dioni, Pikermi o Agios Stefanos, a una distancia de entre 15 y 25 kilómetros de la capital. Todas ellas seguían ayer cercadas por el fuego, que está a un paso de zonas residenciales del norte de Atenas como Kifisia y Nea Erithrea.
Varios países europeos, entre ellos España, han enviado aviones para ayudar a combatir el fuego. El riesgo de que siga extendiéndose, o que las llamas supuestamente controladas se vuelvan a descontrolar, es bastante alto. Debido a la sequedad ambiental, las altas temperaturas y los fuertes vientos -aunque ayer amainaron un poco en algunas zonas llegan a los 60 kilómetros por hora-, Protección Civil elevó el riesgo de incendio al nivel cuatro (cinco es el de alerta máxima).
Se trata de los peores incendios desde los registrados en 2007, cuando murieron 65 personas. Pese a la voracidad de las llamas, no ha habido hasta ahora daños personales.

Galería Imágenes: ELEYTHEROTUPIA 1 / ELEYTHEROTUPIA 2



Como si fuera lava... La lengua de fuego devora el monte ateniense y se acerca cada vez más al centro de la capital... Hay decenas de focos activos, sin control por el fuerte viento, el calor y la dificultad del terreno... La amenaza ronda casas e iglesias mientras desde la distancia los equipos de emergencia vigilan las llamas que son incapaces de detener..El infierno que asola Grecia se observa con detalle con la luz del día. Las columnas de fuego y humo tratan de ser aplacadas con hidroaviones de Francia, Italia y Chipre, los primeros en ayudar.. Los pocos vecinos que van quedando tratan de protegerse a la desesperada con mangueras, cubos y hasta con ramas.. Los que reciben la orden inmediata de abandonar sus hogares se apresuran a retirar sus pertenencias más necesarias en medio de escenas de nerviosismo. Diez municipios próximos a Atenas pasaban ayer a ser fantasmas tras ser evacuados casi todos sus habitantes; más de diez mil que se encontrarán a la vuelta con esta imagen: Sus viviendas destrozadas, hechas ceniza, por la voracidad de un fuego que podría haber sido provocado. Esa es la teoría de las autoridades que ahora se afanan en impedir el masivo regreso en coche de miles de veraneantes por la proximidad de las llamas de las principales carreteras.

Público.es

150 Aniversario fundación Cruz Roja

2009 marca una serie de hitos significativos en el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, coincidiendo el 150 aniversario de la Batalla de Solferino (24-junio-1859), el 90 aniversario de la fundación de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (5-mayo-1919) “Liga de Sociedades de Cruz Roja”, y el 60 aniversario de los Convenios de Ginebra (12-agosto-1949).
Empezó como un hospital de campaña.
Hoy es la mayor organización humanitaria.

Una calurosa tarde de verano, Henry Dunant, un hombre de negocios suizo, presenció una batalla en el norte de Italia. Más de 100.000 soldados se enfrentaron cerca del pequeño pueblo de Solferino. Había austriacos, franceses, italianos... Fue una contienda como muchas otras de aquellos tiempos: cruel, salvaje, hombre contra hombre. 6.000 soldados murieron en las primeras horas, decenas de miles de heridos quedaron tendidos en el campo de batalla, abandonados a su suerte, sin nadie que los atendiera. Dunant interrumpió su viaje y organizó, con la ayuda de los habitantes del pueblo, un pequeño hospital de campaña en el que cuidó a los contendientes de ambos bandos. «Tutti fratelli» (todos hermanos) fue su grito de guerra. El campamento de Solferino se convirtió en el primer hospital de la Cruz Roja en el mundo. De vuelta en Suiza, Dunant publicó Un recuerdo de Solferino y fundó un comité de ayuda a las víctimas de la guerra. Su libro se convirtió en un best seller y su organización humanitaria, en un éxito mundial. El movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja está presente en 186 países y cuenta con 125 millones de miembros que, entre otras muchas acciones, ayudan a combatir la miseria en Darfur, atienden a ancianos en Alemania, visitan presos en Guantánamo, explican a los guerrilleros las normas de la Convención de Ginebra u ofrecen socorro a las víctimas de los tsunamis.
Henry Dunant creó en 1859 un comité para socorrer a las víctimas de la batalla de Solferino, Italia, del que surgió la Cruz Roja.
En 1901 recibió el primer Nobel de la Paz.
xlsemanal