19 de junio de 2008

Mayumaná - Habilidad

Primer lleno del Anfiteatro 43 a ritmo de hábil percusión. Magia rítmica protagonizada por la Compañía Israelí Mayumaná. A las 23:00 horas del miércoles, sin previo aviso, cuarenta y cinco minutos, antes del horario fijado inicialmente por la organización (23:45), y debido a las molestias causadas en el vecindario por el ruido de la megafonía y horario de los espectáculos anteriores, más de 7.000 personas llenaron por completo el Anfiteatro 43; gradas, arena, improvisados miradores sobre el Pabellón Puente y Países Participantes, plazas y vallas circundantes, obligaron a empleados de Expoagua, personal de seguridad y voluntarios a emplearse a fondo con el público que abarrotaba puertas y escaleras. La megafonía lanzaba mensajes de advertencia pero el público hacia caso omiso, permaneciendo sentados en las escaleras de los graderíos. La repetición de incidentes como el de la noche del miércoles, preocupa por la falta de previsión, quizás motivada por el poco bagaje del personal y falta de experiencia “preparación y organización” de un voluntariado que sin lugar a dudas lo que menos les falta es voluntad e interés participativo.

¿Donde están esos voluntarios vestidos de naranja y azul con bandas reflectantes que con el sonido de sus silbatos, su linterna señalizadora y su radiotransmisor, controlan y dirigen al público en todo tipo de concentraciones y en condiciones climatológicas adversas?

Recuerdo conciertos en la Romareda 35.000, en el Príncipe Felipe 15.000, y muchas más actuaciones… El público los conoce, “se dejan ver”, creando con su presencia una sensación de seguridad global, difícil de alcanzar por cualquier otro colectivo sea estatal, administrativo o de carácter altruista. Su experiencia y dedicación está más que demostrada en materia de prevención – control y orden – sanitaria – extinción de incendios y rescate. Algunos llevan más de quince años de servicio y provienen de otras instituciones.

Nos encontramos ante un acontecimiento histórico único en Zaragoza, de esos que solo ocurren una vez en la vida de cada uno y es una lástima no contar con ellos, que dejan familia y amigos, empleando su tiempo libre a la salvaguarda de la ciudadanía en situaciones complicadas. Merecen algo más que indiferencia, cuando dan algo mejor “participación”.

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