Interesante información publicada en Tendencias 21 sobre el
seminario de formación “Periodismo en
crisis, emergencias y desastres”, organizado por el Instituto de RTVE e
Indagando TV, para los días 30 y 31 de este mes en el en el Aula Magna
del Instituto de RTVE (Carretera Dehesa de la
Villa, 14, Madrid).
Al
leer el artículo, no pude por menos que interesarme por el tema e investigar un poco
más sobre el asunto, encontrándome con algunas guías de procedimientos, la
mayoría provenientes del continente Hispanoamericano y creo merecen la pena
echarles un vistazo y tomar nota de las mismas. Buscando entre ellas extraigo
varios relatos en primera persona de dos informadores, una bloguera y un fotógrafo, opinando sobre el terremoto de
Cinchona
(Costa Rica).
Tendencias 21.- El Instituto de
RTVE e Indagando TV organizan un seminario para profesionales que quieran
ampliar su formación de cara a informar sobre este tipo de eventos. Organizado
con la colaboración de MSD, está dirigido a periodistas de televisión, radio y
prensa que quieran ampliar su formación en este área.
El Instituto RTVE
e Indagando TV han organizado para los días 30 y 31 de octubre un seminario de
formación sobre “Periodismo en crisis,
emergencias y desastres” que, al precio de 46 euros, se impartirá en el Aula
Magna del Instituto de Radio Televisión Española. Se ofertan 20 plazas a 10
euros para parados. Este curso está dirigido a periodistas de televisión, radio
y prensa que quieran ampliar su formación de cara a informar sobre este tipo de
sucesos. -
En los dos últimos decenios los
desastres naturales y los conflictos han producido numerosas víctimas mortales.
Se calcula que por estas causas han fallecido más de 4 millones de personas y
han sido afectadas más de 1.000 millones de personas. Simultáneamente han
aparecido emergencias epidémicas de gran impacto sanitario, como la del SIDA,
así como otros fenómenos tales como las hambrunas y las sequías, que han
incrementado las crisis humanitarias y sus efectos, produciendo Emergencias
Sanitarias casi diariamente, afectando con especial severidad a quienes viven
en los lugares del planeta donde se encuentran las personas con menos recursos
y con mayor vulnerabilidad.
Los Medios de Comunicación
incluyen de manera inmediata las informaciones sobre emergencias y catástrofes
en los informativos, boletines y páginas web. Esa urgente necesidad de informar
bajo el principio de inmediatez no siempre se acompaña del necesario
conocimiento sobre cómo funciona la medicina humanitaria, el papel de los
actores, las fases de una actuación e incluso las enfermedades que pueden
aparecer.
Paralelamente, los actores
sanitarios y la población afectada reciben una enorme presión mediática que
puede afectar al trabajo, aumentar el desaliento de la población y dar una
imagen distorsionada al resto del desarrollo de la acción humanitaria.
Este curso nos permitirá
analizar y actualizar los conocimientos en emergencias sanitarias y
comunicación de conceptos básicos científicos relacionados para periodistas, de
medios de comunicación especializados y generales tales como medios
interactivos, radio y televisión, teniendo a la Red como una de las principales
protagonistas.
Mitos
y realidades
Alfonso
Antona, antropólogo y enfermero en salud pública que interviene en el Seminario
con la ponencia, "Mitos y realidades en los Desastres, crisis y
emergencias, explica en la siguiente entrevista:
Cuando
habla de mitos y realidades en el título de su ponencia, ¿A qué se refiere
exactamente?
Existen
una serie de falsas creencias, mitos y falacias a propósito de los desastres
que condicionan la Acción Humanitaria (AH), por poner algún ejemplo: pensar que
los desastres son naturales, cuando la inmensa mayoría son producto de la
acción humana; creer que tras un desastre hay riesgo de epidemias, algo que no
sucede casi nunca; suponer que cualquier ayuda es mejor que nada cuando, en
ocasiones, la ayuda genera más problemas de los que soluciona, o que tras un
desastre aparecerá el caos y la violencia, si la realidad nos muestra que la
mayor parte de las personas suelen responder de forma altruista y solidaria.
La
ayuda humanitaria externa casi siempre llega tarde. Quiero decir que la
población y las autoridades locales son los primeros respondientes y sobre
quienes recae la carga de la ayuda. Sin embargo, en los medios de comunicación
suelen aparecer los grupos de rescate occidentales como los héroes, cuando la
verdadera heroicidad está en las personas que sacaron a sus vecinos del barro o
les dieron cobijo cuando perdieron su casa…
Durante
el tsunami del año 2004, casi dos tercias partes de las víctimas fueron
mujeres, en los campos de refugiados, la mayor carga de morbimortalidad recae
sobre mujeres y niñas... Estos datos no suelen transcender. Las consecuencias
de los desastres no son los mismos para hombres y mujeres, y en la mayor parte
de las ocasiones la ayuda humanitaria exterior no introduce en sus estrategias
la perspectiva de género.
¿Cree
que es suficiente la información y la formación que reciben los diferentes
actores sobre el terreno (médicos, enfermeros, psicólogos, traductores,
periodistas etc...) en el que deben actuar?
La
información suele ser sesgada (por mitos y falacias) y la formación es escasa o
nula. La mayor parte de los profesionales de salud, son expertos en su
contexto, pero desconocen y no están preparados para la intervención en
contextos políticos, sociales y culturales diferentes. Como decía, casi siempre
llegamos tarde, por lo que los planteamientos emergencistas no son eficaces.
No
se puede dejar al voluntarismo de las personas y organizaciones la Ayuda
Humanitaria, porque tal y como se ha demostrado, las “buenas intenciones”, sin
una formación y experiencia adecuada, en no pocas ocasiones, han generado
sufrimiento añadido y resultados no deseados. Son muchos los ejemplos de
intervenciones en salud que no se harían (por ejemplo amputaciones) en un país
económicamente avanzado por ir en contra de los Derechos Humanos, o el fracaso
de algunas intervenciones por no tener en cuenta patrones culturales,
religiosos o políticos.
De
la misma forma, los y las periodistas precisan de una mayor capacitación y
especialización, han de saber en qué condiciones se producen los desastres
naturales, qué es adecuado o no en un contexto de crisis.
¿Qué
opinión le merecen la repetición de imágenes e incluso el bombardeo de
información sobre crisis, emergencias y catástrofes en los diferentes medios de
comunicación?
Sin
duda el papel de los medios de comunicación es determinante. Los Medios de
Comunicación (MC) suelen ser ágiles en la información sobre emergencia y
desastre, pero la información bajo el principio de inmediatez no siempre se
acompaña de rigor y del necesario conocimiento de cómo funciona la Medicina
Humanitaria, el papel de los diferentes actores, las fases de actuación o las
necesidades clínicas que pueden aparecer.
Los
actores sanitarios y la población afectada pueden recibir una enorme presión
mediática que puede afectar al trabajo, aumentar el desaliento de la población,
o dar una imagen distorsionada de lo que se hace.
Conocido
es el efecto CNN, por el cual, cuando más atención recibe un desastre, más
posibilidades de financiación de ayuda existe. Cuando los MC enfocan,
condicionan las agendas políticas y la sensibilidad ciudadana. Unos y otros se
sienten más propensos a donar. Esto ha supuesto que existan desastres
mediáticos (Tsunami o Haití) y otros, sobre todo emergencias complejas, que por
estar a la sombra de los MC, apenas reciben atención y, en consecuencia, ayuda.
En
las situaciones de crisis y desastre, aparece el “espectáculo humanitario”.
Cuando los MC desaparecen, la ayuda empieza a desvanecerse, deja de llegar y
los compromisos de los donantes se olvidan. Muchas ONGs, en ocasiones con
conductas oportunistas, se retiran. Un efecto colateral del sensacionalismo
mediático en los desastres es, que tras un momento de furor, con el paso del
tiempo, se enfría el entusiasmo solidario y aparece la fatiga del donante, como
consecuencia; indiferencia y reticencia a prestar ayuda cuando más se necesita,
en la reconstrucción y la rehabilitación.
¿Qué
opina sobre la cobertura informativa que sólo se centra en el número de
víctimas?
Los
desastres, como la miseria y la muerte, se presentan pero no se explican. Se
muestran las consecuencias, pero no se analizan las causas. Se pone el foco en
las víctimas y no en los responsables. Las crisis que no se entienden no se
acaban y se reproducen. Tanto los actores humanitarios como los MC entran y
salen demasiado rápido de los escenarios de crisis y desastre.
Los
profesionales de la salud y los medios de comunicación, necesitamos códigos
éticos. No todo vale. La retransmisión en directo de la agonía y muerte de
Omaira marcó a América Latina. Fue vivida y vívida en 1985 con la erupción del
volcán Nevado Ruiz, cuya avalancha sepultó a la comunidad de Armero. Éste es un
caso digno de recordar por la interacción entre responsables de la respuesta de
emergencia, los científicos y los periodistas.
Los
modos más constructivos para concienciar consisten en mostrar realidades
diferentes. Un ejemplo, perdón si es muy simple, pero creo que es importante.
Cuando los periodistas occidentales siguen a los actores humanitarios, suelen
hacer sus reportajes mostrando los logros y heroicidades de equipos
extranjeros. Habría que comenzar entrevistando a los equipos locales, las
personas afectadas y mostrar no solo la muerte y el dolor, sino el coraje de
las personas anónimas para volver a levantarse. Y, eso sí, siempre denunciar
las causas por las que un desastre se convierta en catástrofe: inequidad,
injusticia y pobreza.
¿Cree
que la población conoce exactamente qué es y en lo que consiste la Medicina
Humanitaria Internacional? Si no es así, ¿qué sugeriría para darla a conocer
más?
La
mayor parte de las personas confunden Medicina Humanitaria (MH) con Medicina de
Emergencia. La Medicina Humanitaria como cuerpo de conocimiento, está
vertebrada sobre las disciplinas que proporcionan los conocimientos y las
competencias que tienen como fin dar respuesta a las necesidades más básicas en
salud, en las poblaciones en grave peligro de supervivencia como son, además de
las Ciencias de la Salud, la Geopolítica, la Antropología, el Derecho, la
Logística, la Economía, la Gestión, la Ética y otras muchas.
La
MH se define por los propios escenarios donde se desarrolla y encuentra su
justificación en la propia intención de la acción y de los actores que en ella
intervienen, los marcos de actuación, el tipo de catástrofe o desastre, los
movimientos de población, la exclusión social o el acceso a los servicios de
salud o a los medicamentos.
Creo
que la mejor forma de dar a conocer la MH sería incorporarla a los programas de
grado de las diferentes disciplinas académicas. La Agencia Española de Cooperación Internacional junto a la Sociedad Española de
Medicina Humanitaria, está
construyendo unos estándares de mínimos para poder trabajar en terreno. Es
preciso que todas las organizaciones y profesionales que salgan a terreno estén
acreditados a fin de garantizar que la atención que ofrecerán será adecuada y
de calidad.
El
tratamiento mediático y real de las víctimas
Otro
de los temas importantes a tener en cuenta en una crisis, emergencia o
desastres es el tratamiento de las víctimas. Tal y como comenta la Defensora
del espectador, el oyente y el internauta de RTVE, Elena Sánchez Caballero:
“las informaciones sobre tragedias naturales y atentados suelen originar
quejas”, y añade: “la visión de las víctimas “hiere su sensibilidad”.
Un
caso concreto fue el terremoto de Haití por las imágenes de muertos
amontonados, menores en las calles”. Además existen claras diferencias en las
informaciones o imágenes difundidas en situaciones de crisis y catástrofes
entre los países ricos y los países con renta más baja.
Según
Sánchez Caballero: “Cuando en un país rico sucede una tragedia existe un
protocolo de acción que en general protege la imagen de las víctimas”. Sin embargo,
esta política tiene su contrapartida y sus detractores que la consideran
"una censura”.
Por
otra parte, la intervención humanitaria debe ser sostenible en el tiempo y como
señala Daniel López Acuña, asesor de dirección de la OMS: "no puede
agotarse en las necesidades más agudas aunque los sistemas sanitarios hayan
sido destruidos. Hay que conseguir hacer frente a las necesidades cotidianas:
seguir vacunando, dando control prenatal o tener capacidad de dar respuesta a
partos durante un período de emergencia".

“Di voz a quienes
vivieron la tragedia intentando no interpretar sus situaciones sino darles el
espacio para que las manifestaran. Como yo era parte de la comunidad afectada
intenté expresar mis sentimientos, pensamientos y emociones de la manera más
honesta posible. Pero la mayor parte del tiempo el dolor me sobrepasó y
enmudeció”.- Julia Ardón,
bloguera, opina sobre el terremoto de Cinchona.
“No fui capaz
de levantar la cámara ni mucho menos de fotografiar la escena ante la que me
sentía impotente; no sé si cobarde pero consciente de que ahí estaba el límite
de mi trabajo y el respeto a la dignidad de aquellos cuerpos inertes, llenos de
barro”.- Mario Rojas,
fotógrafo, opina sobre la cobertura del
terremoto de Cinchona en revista PROA, La Nación 18 de enero 2009