25 de agosto de 2011

Lo contrario al amor

Lo que parece una historia de amor ideal se convierte en una reflexión sobre el modelo de relación actual en la primera película de Vicente Villanueva (Valencia, 1970), presentada en el festival de Málaga. ‘Lo contrario al amor’ no es la típica comedia romántica sino, más bien, lo contrario. «Me interesa mezclar géneros. La visión que doy no es optimista, sino realista», asegura el director, que tiene en su haber una serie de premiados cortometrajes. Con respecto a su salto al largo, aclara que el tono es «menos salvaje» que el de sus piezas breves. «Eso no significa que no me reconozca en él, porque he hecho justo lo que quería hacer».
 
Empezando por el reparto, ya que Hugo Silva y Adriana Ugarte fueron los primeros protagonistas en los que pensó. «Adriana me parece una gran actriz, con una fotogenia increíble, mientras que Hugo es un galán y un actor estupendo». La actriz de ‘La señora’ encarna a una chica complicada, una masajista con un don especial para atraer a los hombres que, sin embargo, no desea emparejarse. El madrileño, por su parte, encarna a un bombero que acude a su consulta y queda cautivado por ella. Ambos empiezan a salir pero pronto surgen las dudas y los resentimientos.
El argumento concede relevancia a la hermana de la protagonista, una antigua cantante que vuelve a la palestra presentando un concurso cutre de televisión. Este papel recae en Guadalupe Lancho, actriz que ha aparecido en varios cortos de Villanueva. «Me interesaba hablar sobre la falsa idea del triunfo. Parece que por el hecho de salir en televisión ya has conseguido algo, cuando en realidad no hay nada peor que hacerse popular». Kiti Manver encarna a la madre de las dos chicas en un papel tan breve como intenso. El filme comienza con la consulta a una vidente que augura el éxito amoroso y profesional a las dos hermanas. «Me atrae lo sobrenatural de la manera en que lo usa Woody Allen, mostrándolo como algo muy naif, de cuento de hadas», dice el autor que no oculta su admiración por el director neoyorquino.
El filme, que en resumidas cuentas «trata del enamoramiento», analiza el estado de la pareja pero no da respuestas, aunque el director sugiere una posible solución. «En las relaciones funcionamos como niños malcriados. Todos queremos cambiar al otro y salirnos con la nuestra, cuando lo interesante es ceder y abrirse a lo que otro propone».