7 de enero de 2013

Cabalgata Reyes 2013 - Zaragoza

El Periódico de Aragón - S. Barraguer 06/01/2013.-  A grandes males... imaginación. O voluntarismo. O patrocinios. Son algunas de las fórmulas que los grandes ayuntamientos de la comunidad han utilizado este año para capear las consecuencias de la crisis y organizarles a los Reyes Magos un recibimiento como merecen. Diseñar las cabalgatas y hacerlas atractivas requiere un esfuerzo presupuestario, que, en las actuales circunstancias, resulta difícil de acometer. Como en toda partida municipal que se precie, las destinadas al evento navideño por antonomasia también han sufrido los recortes propios del momento.
Aunque no en todos los casos. Paradójicamente y mientras los ayuntamientos de Huesca y Teruel sí han tenido que rebajar las cuantías dedicadas al real evento, el de Zaragoza --que, eso sí, ya redujo el presupuesto en ediciones anteriores, pues en época de vacas gordas llegó a gastar 140.000 euros-- mantiene los alrededor de 94.000 que costó recibir a Sus Majestades en el 2012. No solo eso. La cabalgata zaragozana del 2013 fue ayer más grande que nunca.

CAMPAÑA GLOBAL Jerónimo Blasco, consejero de Cultura, lo atribuye a varios hechos. El principal, "la aportación de la iniciativa privada", que, pese a las dificultades económicas, ha acudido a la llamada del consistorio para patrocinar, además del desfile, toda la campaña de Navidad. Zaragoza engloba todos los actos relativos a este periodo del año como parte de una misma oferta, de modo que, en este caso, la Navidad de la capital aragonesa regala a vecinos y visitantes una programación conjunta. Su aspiración es que el centro de la ciudad no pierda tirón con respecto al creciente atractivo que suponen los grandes centros comerciales --uno de los cuales colabora en el patrocinio de las navidades en la ciudad --. "Y nos ha ido bien", sentencia Blasco.
De hecho, en la cabalgata de este año "ha aumentado la participación", asegura el responsable del área de Cultura. Hasta 450 personas desfilaron ayer por las calles de la capital aragonesa, 150 más que el año pasado. Y lo hicieron sobre 4 carrozas nuevas. También ayuda el hecho de que, salvo los técnicos y grupos de animación profesionales, a quienes ya se rebajó el caché en su día, el resto de participantes son voluntarios y, en consecuencia, no cobran
Voluntariado Protección Civil Infozgz.- Al leer este artículo y ver algunas de las declaraciones recogidas, no puedo por menos dejar de pensar en todos “nuestros voluntarios” vistan del color que vistan, voluntarismo participativo en cabalgatas, pregones, ofrendas y eventos varios, no sean recordados como se merecen con intención de elevar su autoestima personal al ver que son reconocidos públicamente por aquello a lo diligentemente y con la moral bien alta, dicho sea de paso, dedican sus horas libres en favor de la ciudadanía.
El día a día de este voluntarismo no es fácil, solo hay que ver algunas de las voces que puntualmente se dejan oír en foros, redes sociales, cartas al director, prensa, etc. No es que se quejen de este voluntarismo, se quejan de la falta de información y organización que se da en este tipo de actos (a decir verdad, a veces, compleja de dar y de recibir), siendo este voluntarismo receptor y barrera en ocasiones, de todo tipo de incidencias (trazados, accesos, aglomeraciones, horarios…) que con grandes dosis de paciencia y educación intenta solventar sobre la marcha estos episodios, sabedor de que haga lo que haga, aun a riesgo de quedar mal, no complacerá.
La Cabalgata de Reyes de 2013, no fue desde luego la excepción. Un nuevo trazado, el tercero en tres años, esperamos definitivo, origino alguna que otra situación en el tramo inicial que con una buena información y mejor plano, hubiese bastado para solventar, teniendo siempre presente que las carrozas, necesitan de un ancho fijo de paso y un espacio de seguridad a cada lado, entre público y público que debe cumplirse inexcusablemente y mantenerse durante todo el recorrido con especial atención en giros cerrados, siempre que no esté vallado.
El vallado es una de las mejores opciones pero también tiene sus inconvenientes, pues se tienen que establecer pasos habilitados de cruce peatonal por tramos, en los que hay que luchar verbalmente para que se respeten y ser respetados. En calles y avenidas con tráfico rodado implica tener que colocarlas justo en el momento de cierre, cosa materialmente imposible ya que justo en ese momento, si no es antes, se produce el salto a la carrera, del público congregado con no pocas discusiones por este o aquel puesto, “siempre hay alguien que se pone delante y no precisamente son los niños”.
Los caramelos, “que peligro”, al aire (no lanzarlos, pues hacen daño) y a distancia suficiente que no implique al recogerlos del suelo riesgo para nadie, amén de modificar y ó adaptar el diseño de los faldones y laterales de las carrozas en aras de la seguridad infantil. Impredecibles como son los niños a pesar de la atenta vigilancia que sobre ellos se ejerce, ha de seguirse la máxima “no solos, a la vista, de la mano o en carro” y si se pierden (que ocurre con frecuencia), algo con lo que se les pueda identificar o poder ponerse en contacto con sus padres.
 Las cabalgatas también dan lugar a anécdotas curiosas que contar, es ahí donde se pone a prueba la imaginación de este voluntarismo que se ve forzado a ejercer de verdaderos MacGyver (sirve para todo) o (cosas de bombero) como se dice en el argot, tal es el caso de conducir una de las carrozas porque el conductor ha tenido una ligera indisposición y la comitiva se encuentra colapsada. Otras veces ejerciendo de pastores de una piara de ocas estresadas aun a riesgo de sufrir sus dolorosos picotazos. O como ya hace unos años en el que una de las carrozas se engancho en uno de los cables de luz de los arbolitos del Pilar y se tuvo que subir a desengancharlo, dando así un paseíllo triunfal por la plaza porque el conductor no espero a que el atrevido voluntario pudiese bajarse.
Los Reyes Magos, que decir de ellos cuando todo lo que hacen está bien y es mágico. Pues bien hay que ser atrevido, sin miedo a ser convertido en rana como en los cuentos y proponerles que cambien ese escenario improvisado al amparo de la Basílica del Pilar y que algún año se lo llevara el cierzo, por algo más acorde a su rango, como es la balconada del Ayuntamiento. Lugar en el cual, quizás, pasen algo más de frío que a buen seguro pronto desaparecerá al escuchar la llamada ensordecedora de la chiquillería que les reclama; ¡Baltasar! ¡Gaspar! ¡Melchor!.
Los voluntaristas, mientras tanto, abajo, seguiremos haciéndonos la foto de familia en las escaleras con o sin Reyes, eso sí lo más quietos posible por lo de, “el que se mueve no sale en la foto” y porque la cámara a día de hoy todavía no hace milagros, pero si, deja constancia de que tal día como la víspera de reyes, también nosotros estuvimos allí.
Quince fueron los voluntarios de Protección Civil que participaron en la cabalgata, junto a los integrantes del Voluntariado por Zaragoza y Cruz Roja. Mencionar también a los cinco voluntarios de Seguridad Vial (COAPEMA), con los que tuvimos el placer de compartir voluntarismo en la cabalgata del barrio de Santa Isabel de Zaragoza, unas horas antes.