La Organización Colegial de Enfermería y su Escuela de Ciencias de la Salud aprovecharon el simulacro de evaluación final del Curso de Expertos en Urgencias y Emergencias (23 junio), para presentar el 'Decálogo de actuación ciudadana ante emergencias sanitarias por accidente'. Diez pasos esenciales y vitales que cualquier ciudadano debe recordar para poder actuar de la forma más eficaz posible ante un accidente o emergencia.
Decálogo
1. Asegurar la escena
Se trata de conseguir que la escena del accidente no sea causa de nuevas desgracias. Algunos consejos pueden ser: señalizar la escena mediante los triángulos de preseñalización de peligro y/o a través de las luces de emergencia de los vehículos y/o con conos, o, en caso de que el accidente se produzca en una curva sin visibilidad, situar a una persona al inicio de ésta para advertir a los conductores que van llegando. Si es necesario, se debe dar paso a los conductores para que se mantenga la fluidez del tráfico y evitar nuevos accidentes. En caso de llegar a un accidente en el que las víctimas ya están siendo auxiliadas, seguir la marcha sin detenerse.
2. Pedir ayuda inmediata al sistema de emergencia - (llamar al 112)
Desde que una persona sufre un accidente, el tiempo corre en su contra. Se debe avisar al sistema sanitario cuanto antes; de lo contrario, existe la probabilidad de que la persona accidentada no llegue a recibir la asistencia sanitaria que precisa a causa de un aviso tardío. Se debe llamar al servicio de urgencias y emergencias 112 y responder a sus preguntas intentando dar la mayor cantidad de información posible tanto sobre la víctima como sobre el accidente.
Desde que una persona sufre un accidente, el tiempo corre en su contra. Se debe avisar al sistema sanitario cuanto antes; de lo contrario, existe la probabilidad de que la persona accidentada no llegue a recibir la asistencia sanitaria que precisa a causa de un aviso tardío. Se debe llamar al servicio de urgencias y emergencias 112 y responder a sus preguntas intentando dar la mayor cantidad de información posible tanto sobre la víctima como sobre el accidente.
3. Aproximación al paciente accidentado
Se trata de valorar los peligros potenciales para la integridad propia y la del paciente en la escena del accidente. Se deben neutralizar todos los peligros potenciales y apartar a las víctimas de ellos en caso de peligro. Prestar atención especial a charcos de gasolina o material inflamable (no permanecer nunca de pie sobre ellos), fuegos (ponerse en contra del viento, nunca a favor), ver si hay cables pelados que puedan generar un cortocircuito (en accidentes contra postes eléctricos o farolas) y apagar la llave de contacto del vehículo en caso de que éste o algunos de sus elementos (motor, focos o limpiaparabrisas) estén en marcha.
Se trata de valorar los peligros potenciales para la integridad propia y la del paciente en la escena del accidente. Se deben neutralizar todos los peligros potenciales y apartar a las víctimas de ellos en caso de peligro. Prestar atención especial a charcos de gasolina o material inflamable (no permanecer nunca de pie sobre ellos), fuegos (ponerse en contra del viento, nunca a favor), ver si hay cables pelados que puedan generar un cortocircuito (en accidentes contra postes eléctricos o farolas) y apagar la llave de contacto del vehículo en caso de que éste o algunos de sus elementos (motor, focos o limpiaparabrisas) estén en marcha.
4. Si no existe riesgo para el paciente, no moverle
En caso de una lesión medular (columna vertebral), por ejemplo, una incorrecta movilización de la víctima (tanto si se encuentra dentro como fuera del vehículo) puede tener consecuencias muy graves para su futuro. Si no hay riesgo para el paciente, es aconsejable esperar a que le mueva el personal sanitario.
5. “En caso de accidente, no me quiten el casco”
Esta frase tan popular es una norma de obligado cumplimiento cuando el accidentado lleva puesto un casco. En ocasiones ocurre que tras un accidente se producen graves lesiones las cuales al intentar extraer el casco por manos inexpertas, se pueden agravar provocando lesiones medulares irreversibles con consecuencias tan graves como una tetraplejia. Hay que esperar la llegada de los equipos sanitarios para que ellos tomen la decisión de quitarlo o no.
Esta frase tan popular es una norma de obligado cumplimiento cuando el accidentado lleva puesto un casco. En ocasiones ocurre que tras un accidente se producen graves lesiones las cuales al intentar extraer el casco por manos inexpertas, se pueden agravar provocando lesiones medulares irreversibles con consecuencias tan graves como una tetraplejia. Hay que esperar la llegada de los equipos sanitarios para que ellos tomen la decisión de quitarlo o no.
6. Valorar al paciente
6.1. Comprobar si está consciente o inconsciente.
6.1.1. Si está consciente: interrogarle acerca de qué es lo que le ha pasado y cómo se encuentra, y actuar en consecuencia, tranquilizándole y quedándonos a su lado en todo momento.
6.1.2. Si está inconsciente: pasar al punto 6.2.
6.2. Comprobar la respiración y el pulso cardíaco.
6.2.1. Si respira y le late el corazón: mantener al paciente en una posición neutra, vigilándolo continuamente, hasta la llegada de los servicios de emergencia.
6.2.2. Si no respira y/o no le late el corazón, pasar inmediatamente al punto 7.
7. Estabilizar a la víctima
7.1. Desobstruir la vía aérea.
Se trata de que no haya ningún obstáculo ni en la boca ni en la garganta que dificulte o impida la entrada de aire a los pulmones. Es muy común que la propia lengua de un paciente en inconsciencia, por su propio peso, esté bloqueando la garganta, por lo que es conveniente siempre:
7.1.1. Estando la víctima boca arriba, traccionar de la mandíbula hacia arriba con cuidado de no mover en ningún momento el cuello del paciente.
7.1.2. Abrir la boca de la víctima y asegurarse tirando con la mano de la lengua que no está caída, liberando así el paso de aire a la garganta. Siempre con cuidado para no mover el cuello de la víctima.
7.2. Ejecutar la maniobra de resucitación cardio-pulmonar.
7.2.1. Si es adulto: 30 masajes cardíacos por cada dos insuflaciones de aire.
7.2.2. Si es un bebé (lactante): 3 masajes cardíacos por una insuflación de aire.
Compresión torácica: arrodillado perpendicularmente a un lado de la víctima, a la altura del pecho, colocar el talón de una mano sobre la mitad inferior del esternón (hueso longitudinal situado en la parte anterior del pecho) del paciente y la otra mano sobre el dorso de la anterior a la vez que se entrelazan los dedos. A continuación, con los brazos estirados, comenzar a realizar compresiones rítmicas hundiendo el pecho del paciente entre 3,5 y 5 centímetros, hasta que el paciente recupere el ritmo cardíaco o lleguen los servicios sanitarios. Insuflaciones: tras desobstruir la vía aérea (ver 7.1.), con una mano apoyada en la frente, pinzar la nariz hasta cerrarla y con la otra traccionar hacia arriba de la mandíbula. A continuación, coger aire abundante e insuflarlo en la boca del paciente sellando con nuestros labios la boca del paciente comprobando que el pecho se llena con nuestras insuflaciones.
7.1. Desobstruir la vía aérea.
Se trata de que no haya ningún obstáculo ni en la boca ni en la garganta que dificulte o impida la entrada de aire a los pulmones. Es muy común que la propia lengua de un paciente en inconsciencia, por su propio peso, esté bloqueando la garganta, por lo que es conveniente siempre:
7.1.1. Estando la víctima boca arriba, traccionar de la mandíbula hacia arriba con cuidado de no mover en ningún momento el cuello del paciente.
7.1.2. Abrir la boca de la víctima y asegurarse tirando con la mano de la lengua que no está caída, liberando así el paso de aire a la garganta. Siempre con cuidado para no mover el cuello de la víctima.
7.2. Ejecutar la maniobra de resucitación cardio-pulmonar.
7.2.1. Si es adulto: 30 masajes cardíacos por cada dos insuflaciones de aire.
7.2.2. Si es un bebé (lactante): 3 masajes cardíacos por una insuflación de aire.
Compresión torácica: arrodillado perpendicularmente a un lado de la víctima, a la altura del pecho, colocar el talón de una mano sobre la mitad inferior del esternón (hueso longitudinal situado en la parte anterior del pecho) del paciente y la otra mano sobre el dorso de la anterior a la vez que se entrelazan los dedos. A continuación, con los brazos estirados, comenzar a realizar compresiones rítmicas hundiendo el pecho del paciente entre 3,5 y 5 centímetros, hasta que el paciente recupere el ritmo cardíaco o lleguen los servicios sanitarios. Insuflaciones: tras desobstruir la vía aérea (ver 7.1.), con una mano apoyada en la frente, pinzar la nariz hasta cerrarla y con la otra traccionar hacia arriba de la mandíbula. A continuación, coger aire abundante e insuflarlo en la boca del paciente sellando con nuestros labios la boca del paciente comprobando que el pecho se llena con nuestras insuflaciones.
8. Acompañar en todo momento al paciente
La víctima está pasando por unos momentos duros en los que, en el peor de los casos, su vida corre peligro. Se debe permanecer a su lado acompañándole, darle conversación si es posible, observar su evolución y vigilar que no haga ningún comportamiento indebido incluso cuando está inconsciente.
9. No dar alimento ni bebida al paciente
A pesar de lo que pueda pedir la víctima, no se le debe dar en ningún caso alimento o bebida (incluida agua) o cualquier tipo de medicación hasta la llegada de los servicios sanitarios.
A pesar de lo que pueda pedir la víctima, no se le debe dar en ningún caso alimento o bebida (incluida agua) o cualquier tipo de medicación hasta la llegada de los servicios sanitarios.
10. Transferir el paciente al personal sanitario
Tras la llegada del personal sanitario, se les debe informar de todo lo sucedido, principalmente, cómo se ha producido el accidente y cómo se ha atendido a la víctima o víctimas. Tras informarles convenientemente, la persona se debe poner a disposición del equipo sanitario para colaborar en todo lo que pueda precisar.
Tras la llegada del personal sanitario, se les debe informar de todo lo sucedido, principalmente, cómo se ha producido el accidente y cómo se ha atendido a la víctima o víctimas. Tras informarles convenientemente, la persona se debe poner a disposición del equipo sanitario para colaborar en todo lo que pueda precisar.
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