El pasado lunes la periodista zaragozana Elisabeth G. Iborra estuvo presentando su libro ‘Anécdotas de emergencias’, en una céntrica librería de Zaragoza. El libro en cuestión da a conocer historias que viven estos equipos.
Les tiran petardos, vasos y hasta botellas. Como poco, son objeto de mofas, de insultos o de gamberradas que dificultan su trabajo. Ese es el pago que reciben en demasiadas ocasiones los equipos sanitarios, de protección civil y efectivos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad que velan por nuestra seguridad en los grandes acontecimientos festivos, musicales o deportivos. “Esta sociedad está lo suficientemente loca como para poner a prueba su profesionalidad y su paciencia, pero ellos cumplen siempre de forma impecable con su deber”, asegura Elisabeth G. Iborra, una periodista nacida en Zaragoza y residente en Barcelona, que convivió con estos equipos de emergencias en eventos como la Feria de Abril, Rock in Río, los Sanfermines o la celebración de la victoria de España en la Eurocopa.
Les tiran petardos, vasos y hasta botellas. Como poco, son objeto de mofas, de insultos o de gamberradas que dificultan su trabajo. Ese es el pago que reciben en demasiadas ocasiones los equipos sanitarios, de protección civil y efectivos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad que velan por nuestra seguridad en los grandes acontecimientos festivos, musicales o deportivos. “Esta sociedad está lo suficientemente loca como para poner a prueba su profesionalidad y su paciencia, pero ellos cumplen siempre de forma impecable con su deber”, asegura Elisabeth G. Iborra, una periodista nacida en Zaragoza y residente en Barcelona, que convivió con estos equipos de emergencias en eventos como la Feria de Abril, Rock in Río, los Sanfermines o la celebración de la victoria de España en la Eurocopa.
Fruto de este trabajo de campo es el último libro de esta periodista free lance, ‘Anécdotas de emergencias’, que acaba de publicarse en la Editorial Styria y que está precedido por el éxito editorial de su obra anterior, ‘Anécdotas de enfermeras’, con más de 31.000 ejemplares vendidos. “Es muy poco conocida la labor que realizan estas personas, cuya vocación y dedicación es digna de encomio. A través de sus experiencias, intento hacer un análisis crítico de esta sociedad y de sus comportamientos, aportando además un toque de humor”, señala la autora del libro.
“¿Por qué hay tanta gente que confunde la diversión con el gamberrismo?”, o “¿cómo se puede pasar tan fácilmente de la celebración y la farra al incivismo e incluso a la violencia?” son algunas de las preguntas que a menudo se planteaba Elisabeth cuando acopiaba datos para su libro. Por ejemplo, relata la paradoja de que para celebrar el triunfo de la selección española en la Eurocopa multitud de jóvenes se lanzasen a las calles de Madrid rompiendo todo lo que pillaban a su paso, haciendo barricadas con los contenedores y lanzando piedras, botellas o lo que hubiera a mano contra la Policía.
Otro acontecimiento en el que la diversión culmina a menudo en violencia gratuita y lesiones es San Fermín, aunque la periodista asegura que “numerosos sucesos luctuosos se intentan esconder tras frías cifras estadísticas para no dañar la imagen de estos festejos conocidos en todo el mundo”.
Junto a esta denuncia, el libro recoge también las anécdotas humorísticas, aunque a los profesionales no les debe hacer mucha gracia que entorpezcan su labor. Por ejemplo, cuando al bombero que está apagando un fuego le quitan la manguera o cuando a los sanitarios de una ambulancia de guardia en un concierto les piden pastillas del día después o preservativos. Un capítulo dedica atención a los consejos que la población debería tener en cuenta cuando asiste a grandes acontecimientos de masas.
Heraldo de Aragón
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