
Murió en el 1.880 y desde
entonces ha estado dando besos que salvan vidas. La «desconocida del Sena» fue
encontrada en las orillas del río que le da nombre. Más tarde fue expuesta en
una mesa de mármol, separada por un vidrio del numeroso público que acudía a
reconocerla o simplemente a curiosear. No fue hasta finales del siglo XIX
cuando un empleado de la morgue de París, fascinado por la belleza de la joven
utilizó su rostro para fabricar el molde de una máscara mortuoria
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De esta imagen y esta historia
se empaparon Louis Aragon, Vladimir Nabokov y Jules Supervielle, que en 1931
escribieron un cuento titulado «La desconocida del Sena», donde se sigue el
hilo de los pensamientos de una chica muerta, que, «no sabía que su rostro
resplandecía con una sonrisa temblorosa. Más fuerte que una sonrisa viva»
Ahora «Le Monde» recuerda la historia de esta
joven, que se convirtió en un icono durante la primera mitad del siglo XX. En
la década de los 50, la noruega Laerdal Asmund, fundadora de una compañía
especializada en juguetes muñecas de plástico tuvo la idea de imprimir ese
mismo rostro en los modelos usados en el aprendizaje de las técnicas de rescate
RCP Pulmonar (boca a boca, masaje cardíaco externo). Laerdal pensó que «la
apariencia realista de la muñeca serviría a los estudiantes para estar
motivados para aprender las técnicas de reanimación». Así la desconocida del
Sena recuperó su nombre. A partir de ahora, tras más de un siglo, se llamaría
«Resusci Anne» y serviría para practicar la reanimación a personas de todo el
mundo.
Lanzado en 1960, Resusci Anne
se ha modernizado con el tiempo, pero siempre ha mantenido el mismo aspecto.La
triste ironía es que muchas vidas han sido salvadas por el boca a boca de una
mujer muerta. Y es de esta manera que la desconocida del Sena, sufrió decenas
de historias de amor imposibles y tras suicidarse, se convirtió en la mujer más besada del mundo.
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