Cuatro de cada diez españoles (el 44%) desconocen en qué consiste un paro cardiaco súbito y sólo un 26,8% sabría cómo actuar ante una situación de este tipo. Sin embargo, un 59% de los españoles sí sabe qué son los desfibriladores semiautomáticos.
El nivel de conocimiento de la población sobre estas dolencias es mejorable" Son los resultados de una encuesta del Consejo Español de Resucitación Cardiopulmonar (CERCP). Dicho estudio, para el que se han realizado más de 1.000 encuestas, muestra que, pese a que en España se producen cada año más de 24.000 paradas cardio-respiratorias, "el nivel de conocimiento de la población sobre estas dolencias es mejorable", según ha destacado el doctor Juan López Messa, presidente de esta entidad. De hecho, añade, "hay quienes no saben qué es un paro cardiaco pero sí un desfibrilador".
En cualquier caso, el porcentaje de la población que sabe cómo realizar una resucitación cardiopulmonar básica (33%) y conoce la importancia de las cadenas de supervivencia en estos casos (15%) es igualmente bajo, por lo que es necesario dar a conocer tanto la frecuencia de estas dolencias como los medios que existen para tratarlas.
Sobre todo teniendo en cuenta que, como explica López Messa, su supervivencia es de apenas entre un 5 y 8% y depende de la atención recibida en los diez minutos posteriores al evento, para lo que "el uso de un desfibrilador es vital".
Desfibriladores, no sólo en el deporte
En este sentido, y dado que hasta uno de cada cuatro paros cardiacos se producen en lugares públicos, la CERCP y la Fundación Gaspar Casal han presentado un documento de consenso en el que piden al Ministerio de Sanidad que coordine la implantación de este tipo de dispositivos para que sea "uniforme y con sentido común" en todas las comunidades.
Los futbolistas no deben ser los únicos que estén protegidos con desfibriladores "Proponen que haya una ley de ámbito nacional que establezca aquellos lugares donde su uso debe ser obligatorio, ya que la experiencia de otros países como Japón, Estados Unidos, Suecia o Dinamarca ha demostrado que la implantación de desfibriladores "conlleva una mejora relevante" de la supervivencia en estos eventos.
"Las muertes por parada cardiaca en el deporte han tenido un impacto muy grande y han favorecido la implantación de desfibriladores en los estadios, pero los futbolistas no deben ser los únicos que estén protegidos", ha defendido el doctor López Messa.
Pocos desfibriladores
Además de en estadios e instalaciones deportivas, proponen que haya desfibriladores en aeropuertos, estaciones de tren, autobús y metro, y en centros comerciales. Aunque en muchos de estos lugares ya se están instalando, los datos que manejan los fabricantes muestran que apenas se hay entre 3.000 y 5.000 desfibriladores en lugares públicos, cuando en Japón hay más de 90.000 instalados. Para contribuir a un mayor y mejor uso de los desfibriladores, en dicho decálogo proponen además que se enseñe su manejo a los niños de 13 y 14 años en la escuela.
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