La fuerza del viento, entre 117 y 180 km/h., arrancó tejados, derribó árboles y semáforos, aplastó vehículos y provocó más de veinte heridos. El 112 registro 471 incidencias en toda la provincia.
Árboles arrancados de raíz, sobre vehículos estacionados en la calle y cortando el paso a otros que intentaban continuar su marcha. Restos de marquesinas literalmente esparcidas por las aceras, contenedores volcados, farolas, aún encendidas, dobladas por la base y tratando de soportar su peso para no terminar de caer en la calzada. Andamios, semáforos, sillas… El caos se adueñó en la noche de ayer de muchas calles de la capital malagueña
Un pequeño tornado actuó con gran virulencia dejando su rastro de destrucción desde la zona Oeste hasta el Centro, desde la avenida Juan XXIII hasta las calles Hilera y Armengual de la Mota. Como en las imágenes que aparecen en televisión después de una catástrofe, pero esta vez en vivo y en directo. Y en Málaga.
Los autobuses de la EMT no podían continuar con su ruta en los Callejones del Perchel, donde los árboles de la mediana caídos en la vía impedían el paso. Lo mismo ocurría justo unos metros más adelante, en la plaza de la Solidaridad. Las fuertes precipitaciones hacían aún más complicadas las maniobras y las primeras actuaciones de los servicios de emergencia, como la Policía Local, que trataba de retirar algunos contenedores mientras se esforzaba por regular el tráfico por esta zona, devastada. La estación de autobuses se llevó una de las peores partes. La marquesina triangular de la puerta principal quedó destruida y sus restos aún revoloteaban por Mauricio Moro, donde tampoco se podía circular por culpa de varios árboles en medio de la calzada.Los pocos ciudadanos que a esa hora estaban en la calle trataban de refugiarse de la tormenta y asistían a este espectáculo dantesco con bastante temor.
Todo ocurrió en cuestión de minutos, en torno a las 21.25 horas, cuando comenzó a soplar una fortísima racha de viento que también fue capaz de destruir los tejados de las naves industriales del polígono San Rafael, en la avenida de Juan XXIII. Allí, los árboles tampoco fueron capaces de mantener la verticalidad. Ni en la calle La Unión, donde algunos vecinos pertrechados de paraguas e impermeables evaluaban los primeros daños en sus vehículos por culpa de las ramas y troncos caídos sobre lunas y capó. También se desprendieron parte de andamios, vallas de obra y toldos de las terrazas de las cafeterías de la zona.
La avenida de Andalucía también sufrió daños, con palmeras arrancadas de cuajo junto al monumento al Padre Arnáiz, entre el Banco Santander y El Corte Inglés.
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