24 de marzo de 2009

Peligrosamente juntos: Tóxicos en casa

El Departamento de Salud y Consumo y la Fundación Ecología y Desarrollo ha editado una guía que informa sobre el riesgo químico en el hogar, y sobre las sustancias químicas peligrosas más comunes en nuestra vida diaria. El trabajo lleva por título “Peligrosamente juntos: tóxicos en casa”.

El objetivo principal de esta guía es informar a los ciudadanos de las sustancias químicas más peligrosas y habituales que se encuentran en nuestras casas, con el fin de que como consumidores puedan elegir si compran o no los productos que las contienen. También se ofrecen consejos prácticos para sustituir estas sustancias por alternativas más seguras y para llevar a cabo la correcta gestión de los residuos tóxicos que se generan en los hogares.
En el mercado europeo existen unas 100.000 sustancias químicas diferentes, que se mezclan para formar millones de productos o preparados comerciales. Sin embargo, muchas veces no somos capaces de ver estas sustancias o, en algunos casos, hay un desconocimiento sobre su existencia. Este motivo ha llevado a la Unión Europea a la elaboración de una legislación sobre sustancias químicas y los efectos que producen, el Reglamento REACH (Registro, Evaluación y Autorización de Sustancias Químicas), cuyos aspectos básicos se ofrecen en la guía.

Las más peligrosas se conocen como sustancias químicas “extremadamente preocupantes”. Son sustancias que reúnen alguna de estas características: no se descomponen con rapidez en el medio ambiente (sustancias muy persistentes) y se acumulan en nuestros cuerpos (bioacumulables); tienen una combinación de persistencia, bioacumulación y toxicidad; pueden alterar los sistemas hormonales (disruptores endocrinos) o los genes (mutágenas); pueden causar cáncer (carcinógenas); o son tóxicas para el sistema reproductor.
Muchos productos de uso frecuente en el hogar como ambientadores, pinturas, artículos de limpieza, cosméticos, jabones o insecticidas de uso doméstico, contienen algunas sustancias químicas peligrosas que, incluso aunque estén perfectamente integradas en los productos que las contienen, pueden liberarse a lo largo del tiempo como consecuencia del uso, originando daños en nuestra salud. También se liberan al medio ambiente durante su proceso de producción y al final de su vida útil (cuando se convierten en residuos), pudiendo provocar daños en la naturaleza.

Etiquetas de los productos

Entre otras cuestiones, la guía ayuda a interpretar correctamente los símbolos de las etiquetas de los productos, a través de los que se puede conocer el riesgo de su uso, cómo actuar en caso de intoxicación y también la correcta manipulación y eliminación de estas sustancias químicas peligrosas más comunes en nuestro hogar, como el amoníaco, la lejía o el salfumán, con el objetivo de proteger la salud y el medio ambiente. Además, se aconseja sustituir las sustancias químicas peligrosas por alternativas más seguras.
Los efectos en la salud de las sustancias químicas peligrosas dependen de la vía de entrada (por vía respiratoria, digestiva o dérmica), del tiempo de exposición a las mismas, del número de exposiciones, del estado físico (sólido, líquido o gaseoso) y de la sensibilidad o susceptibilidad de las personas a esas sustancias tóxicas, que a su vez depende de otros factores como las características genéticas, la edad o el estado de salud. Niños, mujeres embarazadas, lactantes y personas mayores son especialmente vulnerables.

Los daños ocasionados sobre la salud de las personas se pueden dividir en efectos agudos (quemaduras, irritación de ojos, de piel o de vías respiratorias, asfixia, mareos, dolor de cabeza, etc, sufridos desde unos segundos hasta unos minutos después de la exposición), o efectos crónicos (alergias, asma, enfermedades y lesiones respiratorias, enfermedades y lesiones del sistema reproductor, alteración del sistema hormonal, cáncer, etc). Estos últimos aparecen días, meses o incluso años después de la exposición y, en general, tras una exposición continuada a dosis bajas de las sustancias químicas peligrosas que componen los productos tóxicos.
La guía también informa sobre los efectos que estas sustancias producen sobre el medio ambiente. Entre estos efectos destacan la toxicidad para los seres vivos y la capacidad de contaminar el agua, la atmósfera o el suelo. En la mayoría de los casos, las sustancias se liberan al medio ambiente por vertidos (a través de desagües, tuberías, derrames o fugas), emisiones (por chimeneas, sistemas de extracción y ventilación, etc), residuos (a través del depósito o vertido de restos de productos peligrosos, sus envases o cualquier material contaminado en vertederos, incineradoras, cementeras, etc) o uso de los bienes producidos (por el uso continuado de los productos acabados como pinturas, plásticos, cosméticos, etc).

Finalmente, recomienda adquirir productos ecológicos y naturales, y ofrece una dirección de Internet donde encontrar las tiendas de Aragón en las que se pueden adquirir este tipo de productos.

Consumo responsable

Prevención incendios forestales - Aragón 2009

A partir del 1 de abril hasta el 15 de octubre se establece la época de peligro de incendios forestales en Aragón, según recoge la Orden del Departamento de Medio Ambiente sobre prevención y lucha contra los incendios forestales en la Comunidad para la campaña 2009/2010, publicada en el Boletín Oficial de Aragón de 23 de marzo de 2009. BOA NP0666/2009.

Esta norma es aplicable a todos los terrenos definidos como monte y los que se encuentran en una franja de 400 metros alrededor del monte. En ese terreno, a partir del 1 de abril queda prohibido el uso de fuego al aire libre mediante combustibles que generen residuos en forma de brasas o cenizas, incluso en los lugares habilitados para ello (como barbacoas o merenderos), requiriéndose autorización expresa para cualquier uso. Para el empleo de otros combustibles se adoptarán todas las medidas precautorias, quedando prohibido hacer fuego en todo caso bajo arbolado o sobre materia seca que puede entrar en ignición.

También queda prohibido arrojar fósforos, cigarrillos, brasas o cenizas que estén en ignición; utilizar cartuchos de caza con tacos de papel u otros materiales combustibles; arrojar residuos fuera de contenedores o vertederos autorizados, que con el paso del tiempo u otras circunstancias puedan producir combustión; disparar o prender cohetes u otros explosivos, cuando su alcance pueda incidir sobre terrenos forestales; elevar globos que contengan o produzcan fuego; la circulación de vehículos “campo a través” en cuyos montes pertenezcan a la Comunidad Autónoma; y la quema de residuos en vertedero.
Quemas agrícolas

Además, quedan prohibidas, como norma general, las quemas agrícolas. La normativa prevé que el Director del Servicio Provincial de Medio Ambiente de cada provincia pueda autorizar, caso por caso, determinadas quemas con objeto de prevenir daños por plagas o evitar otros riesgos de mayor gravedad.
Asimismo, la quema de restos de poda de olivo por motivos fitosanitarios también podrá realizarse hasta el 31 de mayo, y siempre que se asegure la discontinuidad espacial con otros restos vegetales, previa notificación al Servicio Provincial de Medio Ambiente.

Toda persona autorizada para realizar quemas agrícolas comunicará a los colindantes y al Agente de Protección de la Naturaleza el día y la hora de realización de la operación, al menos con tres días de antelación. Las quemas podrán realizarse desde una hora antes de la salida del sol y el fuego deberá quedar totalmente extinguido una hora antes del ocaso. Sólo se podrán realizar quemas en los días en que el viento esté en calma. Si iniciados los trabajos, empeoraran las condiciones, se suspenderá inmediatamente la operación, procediéndose a apagar el fuego. No se abandonará la vigilancia en la zona hasta que el fuego esté totalmente apagado y haya transcurrido un período de tiempo suficiente sin que se observen llamas o brasas incandescentes. La persona autorizada tomará todas las medidas oportunas para evitar la propagación del fuego, siendo responsable de los daños que puedan producirse. Durante la realización de la quema se deberá estar en posesión de la autorización, que podrá ser requerida por los agentes de la autoridad.

Las consultas sobre usos del fuego pueden realizarse en los teléfonos de los centros de coordinación de incendios del Departamento de Medio Ambiente: 974 293 201 (Huesca); 976 714 600 (Zaragoza) y 978 641 145 (Teruel). El teléfono de aviso para emergencias es el 112 de SOS Aragón.
A diferencia de la temporada pasada, este invierno ha sido más normalizado respecto al número de incendios forestales debido a una climatología más favorable. Así, entre enero y febrero de 2009 se han producido 30 incendios forestales con una superficie quemada de 24 hectáreas, frente al centenar que se produjeron en el mismo periodo del pasado año, que afectaron a una superficie de 113 hectáreas, una cifra que duplicó la media de los últimos diez años.

Despliegue de medios

A partir de la primera semana de abril con el inicio de la establecida como época de peligro, el Departamento de Medio Ambiente dispondrá en la Comunidad Autónoma de 20 cuadrillas terrestres (9 en Zaragoza, 6 en Huesca y 5 en Teruel); 8 cuadrillas helitransportadas (2 en Zaragoza, 3 en Huesca y 3 en Teruel); se dispondrán de 8 puestos de vigilancia (1 en Zaragoza, 2 en Huesca y 5 en Teruel) y de un total de 26 autobombas (8 en Zaragoza, 9 en Huesca y 9 en Teruel).
Todos estos efectivos iniciales se irán incrementando de manera que a partir del mes de junio, con el comienzo de la época de máximo peligro de incendios, las 20 cuadrillas terrestres llegarán a superar las 60; se dispondrán de cerca de unas 45 autobombas y los puestos de vigilancia rondarán los 80.

Gobierno de Aragón - Gabinete Comunicación

Orden de 27 de enero de 2009 - Departamento de Medio Ambiente - Gobierno de Aragón